Elogio del chavismo
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1.- que cerca de 6 millones de
chavistas hayan salido hoy a respaldar al Gobierno es una realidad
impresionante. En medio de una incapacidad gubernamental para confrontar la
guerra económica, una comunicación signada por la autoobnubilación, un
liderazgo totalmente burocratizado y extraviado, lo que pasó hoy es una demostración
de fuerza del chavismo de base.
2.- Ahora, que eso no sea suficiente para
obtener triunfos electorales es una obviedad política que solo podría ignorarse
debido a la “maquinolatría” que demostró la dirigencia en todos sus niveles.
Los discursos del oficialismo quedaron huecos, dueños sobervios de los
metarrelatos cuyo derrumbe impedía ver la alienación política que le ha
extraviado. La campaña electoral del chavismo solo sacó a relucir las costuras
de sus protolíderes que no pudieron ganarse un solo voto por ellos mismos.
3.- No es momento de culpas.
Nicolás no es el único responsable. Este declive hegemónico se pudo ver con
mucha claridad en los tiempso en los que Chávez comandaba. Es probable que, de estar con vida, estuviera
observando un nuevo revés, aunque ciertamente no nos imaginamos la inacción
económica que arrancó desde antes de su muerte. Fueron muchas las R y
verdaderamente nulos los resultados.
4.- Pero más allá de
resposabilidades, lo que hoy esta en la mira, por primera vez, no es el
chavismo, sino la neo-oposición. Una oposición que tiene el tremendo reto de
articular en su seno desde la ultraderecha racista hasta el “chavismo reflexivo”
que hoy prefirió demostrar su castigo no solo dejando de votar sino también
votando por la MUD. Concentrémonos en entender el sujeto: en la oposición hoy
hace vida un alto porcentaje de personas que votaron por el chavismo en las
últimas elecciones, ¿se quedará allí o volverá al chavismo como hizo un 7% del
electorado que votó contra Chávez en 2010 pero volvió a su propuesta en 2012?
Para eso es que sirve la Política.
5.- Pero que nadie se engañe, ese
“chavismo reflexivo” que hoy se abstuvo
o que votó por la oposición no es sino muestra de que el voto a favor de la
oposición no es de modo alguno un voto a favor de, sino en contra de, y para no
caernos a mentiras, razones para votar, en contra de, sobran. Pero además, es
un voto aluvional que puede volver al chavismo
si la oposición se muestra incapaz de
mantener la articulación entre grupos racistas que van a tratar de imponer su
agenda y un voto popular que en poco tiempo va a demandar la mejora Económica prometida en la campaña de
la oposición.
6.- El principal error ha sido no
enfrentar con estatus de estadista el malestar económico. El discurso de la
“guerra económica” hoy perdió la legitimidad que tuvo con el Dakaso y los pocos
meses que quedan para el RR, en momentos de un quiebre económico, deben ser exclusivamente
para dar luces sobre el tema económico, aunque sencillamente por ahora es apenas un tema tabú en los discursos oficiales, como tabú son los responsables económicos que no han dado la cara y que nadie entiende que los sostiene en el cargo. Sin "autoritas" económica no habrá ninguna confianza en este gobierno que se verá desmoronar sin siquiera pelear.
7.- En el momento actual en el que
la Oposición tiene la pelota, se verá cuales temas se plantean en la agenda
pública. Si acabar con el gobierno,
sabotearlo, liberar a Leopoldo y apurar el RR son los puntos únicos de agenda,
el voto aluvional de la oposición puede disiparse y volver al chavismo. La
oposición tampoco pareciera tener diseñado un plan para salir de la crisis
económica solo que ahora es corresponsable.
8.- Por el contrario, si el chavismo,
centrado en figuras eficaces, propone al país una agenda legislativa pero sobre
todo política que priorice las desiciones económicas y productivas, y la
defensa de las políticas sociales entonces el chavismo tendrá la primera opción
para ganar el Referendum revocatorio que tendremos en 2016. Ahora, si dolido, el oficialismo viene a
“sacarle” a la gente lo “que le ha dado”, entonces sencillamente está condenado
a ser minoría, o peor aun a desaparecer del mapa político.
9.- Si algo queda claro es que el pueblo
venezolano no quiere más habladeras de paja. Eso le quedaba bien a Chávez, a
los demás se les ve la costura. El pueblo quiere lideres serios, estadistas, no
gente de chistes malos ni los politiqueros que hoy repiten discursos vacíos o
echaderas de paja. Ni Maduro ni Cabello
parecen formarse en esa dirección, los sustos anteriores no ayudaron en su
formación. La tragedia actual tampoco
podrá ayudarlos si el pueblo chavista no comienza un lacerante proceso de
interpelación, en donde obviamente, sus cargos de líderes estan en “estado de
sospecha”. ¿Tendrán la capacidad de reinventarse?
10.- El desprecio por la
polítiqueria debe entenderla bien el liderazgo. Pretender “tomar la calle” va a
implicar un desconociemiento del pueblo, a menos que pueda entender bien el por
qué. Esto es, que la oposición implemente medidas que cuenten con rechazo popular. Cohabitación implica una madurez
política que no tienen dirigentes del Gobierno y la oposición. Aquí va a
terminar ganando el más serio. Cuando decimos serio queremos decir un dirigente
que pueda decirle al país como salir de la crisis y no el que le diga al otro
que es peor.
11.- Lo que ha muerto en el país es
el debate político como un debate ideológico sobre “grandes verdades
fundamentales”. La política ha sido derrotada por la economía. Esa política
inaugurada desde el 2010, según la cual yo soy malo pero el otro es peor, no
sirve para el chavismo. En los últimos 3 períodos legislativos no se conoce un
acto legislativo que “valga la pena” como para llegar a pensar que hemos
perdido algo. Lo perdido ya estaba perdido desde que la Asamblea quedó
incapacitada para hacer política, para legislar y controlar, para confrontar los
vicios con que se desarrollaba la política nacional.
12.- La tesis de la impotencia
mediática se sigue cumpliendo. De nada
sirvió sacar a RCTV y Globovisión. De nada sirvió tener decenas de medios
públicos que nadie quiere ver. De nada
comprar medios impresos. La política no está en los medios y mucho menos en
estos medios, eso lo comprendió el chavismo desde un primer momento pero se le
olvidó a la dirigencia que creyó que podía gobernar desde malos programas de
TV. Los medios públicos son una
vergüenza para el chavismo, por eso prefiere los privados. Algo así pasó el 6D con
la política. El discurso de la lealtad, el patriotismo, el hombre nuevo, quedó tapiado por la falta
de certeza en el futuro económico y eso, lejos de implicar deslealtad implica la reflexividad del mundo popular. Habrá que comprenderlo para poder seguir en
la pelea.
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