Conflicto intra-mantuano por la conducción del antichavismo.
Lo que se está dando en la oposición es la división tajante
entre familias mantuanas, todas provenientes de Europa y con linaje comprobado.
María Corina Machado y Leopoldo López (Mahado-Zuloaga) ha llamado a la movilización y Henrique
Capriles Radonsky (de los
Mezeranne-Radonsky y los Capriles) a la legitimación del proceso institucional venezolano.
Pero los Machado-Zuloaga tienen otros tiempos, otra
estirpe. No soportan más el debilitamiento de sus intereses producidos por las
acciones del Gobierno Revolucionario. Como nos recuerda Domingo Alberto Rangel
en la Oligarquía del Dinero cuando radiografía estas familias: estos Zuloaga
son los mismos que fundaron la compañía Guipuzcoana. Recordemos la formación
tarada del jefe de Familia. Quieren arrebatar como en la colonia y no legitiman el liderazgo de
Capriles ni su estrategia política.
Por su parte, los Capriles y el complejo mantuano cuyo brazo político es Primero
Justicia están acostumbrados a vivir de la ocupación de tierras baldías que
solo en decenas de años se convertirán en minas de oro gris explotadas por medio
de la construcción y el engorde de terrenos e inmuebles para la venta y negociación. Están acostumbrados a esperar, los otros son poderosos y ricos desde que llegaron.
Capriles trata de jugar a la política. Su estrategia necesita tiempo. Quiere hegemonizar y sacar del juego al resto de facciones políticas opositoras. Sigue jugando la estrategia de desgaste del Gobierno popular, pero en acelerado proceso de elitización de la oposición. Por ello llama “acciones locas” o hasta “infiltrados” a la movilización convocada por la derecha más extrema.
Ante todo esto: ¿qué dice la clase media? ¿Por qué no hay
voceros de tan notoria y educada clase social que puedan explicar a qué
corriente burguesa pertenece y por qué? ¿vuelve a la calle o espera nuevas
elecciones para evidenciarse minoría?
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