TV pública sin públicos: ¿que hacer?
Material del Grupo de Investigación de la Comunicación. Para un Informe público en construcción.
El gran público venezolano que mira la televisión como parte de su cotidianidad y recreación y que apoya a la revolución, resiente profundamente que no hayamos podido dar respuestas de altura a las entronizadas experiencias de la oligarquía venezolana llámese Venevisión, Televen, RCTV. Que la programación de los canales públicos esté tan desprestigiada ante el pueblo nos pone en el real peligro de estar haciéndole creer que nuestro socialismo es tan aburrido, gris, burocrático, repetitivo y clase media como las pantallas de nuestros canales.
Es cierto que puede haber mejoras puntuales. Es un hecho que hay funcionarios en cada medio que dejan el pellejo con un insufrible trabajo por mejorar la programación. No obstante, el burocratismo del sector comunicacional, las tácticas reactivas sin dirección estratégica conjunta, el miedo a la invención robinsoniana y el seguimiento dogmático de modelos extranjeros hace que las buenas voluntades se disuelvan en experiencias nulas, sin públicos. (AGB publicado por Díaz Rangel: mientras Venevisión tiene 57%, Televen 27% y Globovisión 6%, VTV tiene 7% y tves 3%): (Oligarquía 90%, Estado 10% en una encuesta pagada por el Estado)
Es también un hecho que Aló, Presidente es prácticamente el único espacio donde los medios públicos educan, ideologizan y hasta divierten, siendo efectivos. Mientras, el resto de programación informativa del Estado se basa en reaccionar a los reaccionarios y no llevan a fondo los acontecimientos que la revolución produce, negociando sólo con un público hiperpolítico.
El modelo socialista aplicado por la Unión Soviética se cayó sin el disparo de un solo tiro de los gringos. Se vino abajo por el peso de su propia burocracia y por la invasión simbólica que el funcionariado no estaba en capacidad de ver pero que todo el mundo compartía. Decimos como Mao, el imperio Soviético fue un tigre de papel: nadie lo defendió. Mientras producía espectáculo prosopopéyico y un discurso unidireccional, Occidente minaba sus bases con la producción simbólica; mientras algún funcionario de turno posaba de Lenin, por otro lado el pueblo aspiraba consumir la producción simbólica occidental: su mcdonalds, su rock, sus jeens, sus ropas, su democracia, su libertad. En Venezuela aún estamos a tiempo que el capitalismo no nos gane la batalla simbólica, pero para ello habrá que cambiar de manera radical la tendencia actual.
Hasta ahora, en el Estado venezolano se ha impuesto un enfoque que pone centralidad en la importancia de la estructura (alto número de canales, grandes inversiones, alta compra de equipos) en detrimento de un enfoque que privilegie el contenido, pero no como prohibición, sino como construcción colectiva. Es el momento de cambiar de enfoque hacia la representación de lo popular: la revolución debe hacer medios que le gusten a la gente, que la entusiasmen, que la represente, que le toque su sensibilidad y eso solo lo puede hacer el pueblo que no sufre del miedo de la burocracia al entretenimiento y a los viejos y nuevos formatos televisivos. La programación de hoy implica una gran pérdida de recursos invertidos. Hay algunas experiencias positivas que pueden generalizarse. Hay que dejar de errar y ponerse a inventar. Hay que dejar de pensar en información para un pueblo bobo y comenzar a pensar en comunicación, esto es en los públicos, en el receptor y en su potencialidad cultural.
La tv es un dispositivo para dialogar, encontrar y producir públicos. Nuestras experiencias en el Estado se basan en esquemas cerrados, en discursos del funcionario que lo sabe todo, en académicos que no entusiasman, en verborrea, en formatos sin creatividad, en espacios para hiperpolíticos, en enfocar a un pueblo ingenuo sin proactividad, en censurar las denuncias de nuestro pueblo, y, según ha planteado Luigino Bracci, en censurar hasta nuestro propio comandante. En algún ágil movimiento compramos una serie gringa de esas que han repetido hasta el cansancio los medios privados.
Cualquier chavista de base que le preocupe nuestra revolución y que sabe que nuestro pueblo le dedica largas horas a ver los medios oligárquicos, podría aseverar, que en el sistema nacional de medios públicos lejos de hacerse la revolución la estamos hipotecando a las trasnacionales, lejos de inventar estamos errando. Dejamos que los medios de las grandes familias nos quiten todas las noches al público popular que potencialmente votaría por Chávez, y lo peor es que las últimas medidas de cercenar medios como Ávila tv y la pág web de Yvkae mundial, refuerzan esta tendencia.
Lo que puede disparar este cambio es confrontar la visión clase media de nuestra actual burocracia que considera lo popular como vulgar y chabacano y que más bien puedan popularizarse las experiencias de la tv pública, de manera que se desburocratice el contenido y las formas y que se permita que hable el barrio, el caserío, el joven de lo que realmente vive y no de lo que está guionado, usando los formatos de su preferencia, no los que dice el manual.
Pregunta obvia: ¿a nadie en el Estado le duele que tanta gente nuestra vea la novela de Miguel Otero Silva Cuando quiero llorar no lloro realizada por la oligarquía colombiana y que el Victorino socialista y guerrillero sea cambiado por uno policía y de derecha? ¿O que la oligarquía maimera de Telemundo haga la mismísima Doña Barbara sin ningún tipo de competencia desde la TV pública?. ¿No le indigna o le apena a la burocracia comunicacional que sea el History Channel de la CIA el único canal que le sigue la línea a Chávez y habla del Bicentenario? Que esto este pasando es, cuando menos, una holgazanería.
Aquí el pueblo se ha mantenido chavista debido a su claridad política y a la insistencia de Chávez. Las decenas de miles de horas de programación de nuestros canales han obstaculizado el avance del proceso y que las 3R no se hayan cumplido en esta materia es un error que puede pagarse caro. Algo así dice Chávez en su dura crítica a la tv pública en otro link de este blog.
¿Que hacer?
Los que hemos hecho TV y la hemos estudiado sabemos que esta situación es reversible solo con una estrategia junto al pueblo. Nuestros canales deben salir a luchar por los públicos chavistas y Ni-Ni que terminan viendo los canales enemigos porque no les interesa la hiperpolitización de la pantalla sino el entretenimiento (ese 90%). En Venezuela existen cientos de realizadores de izquierda y alternativos, animadores, directores, productores que hacen el más anhelado de los formatos televisivos: la telenovela. Ellos están, pueden formarse otros, pero lo clave es la dirección que ahora es antipopular. Urge interconectar la producción cultural como la villa del cine y los múltiples eventos con los canales existentes de tv. Podría comenzarse a fomentarse la formación en actuación y realización para TV como en la exitosa EMPA; darle el poder a los jóvenes del pueblo que manejan las nuevas tecnologías masificadas; darle el poder al pueblo para que haga la tv que quiere ver y así deje de hacerlo una clase media que no tiene ni idea del gusto popular. Para todo ello la formación es clave. Popularizar el socialismo, hacer que la gente lo vincule con sus problemas cotidianos, con sus maneras tradicionales de resolverlos, con sus prácticas culturales, con sus saberes. Que se abra la denuncia como un territorio del chavismo. Desburocratizar los formatos informativos, hacerlos de calle, de barrio. Que hablen de nuestros problemas y no sobre los problemas de los periodistas de otros canales que nadie ve. Analizar salidas a los problemas del pueblo. Dejar de reaccionar ante lo que dice la reacción. Chávez lo decía en el anterior Aló presidente: debemos abrir la cortina para que el público pueda entusiasmarse, enamorarse. Por ahora la cortina está cerrada y tiende a solidificarse, enhierrarse. Experiencias como Ávila tv y telesur dan idea que el chavismo no está imposibilitado de hacer una TV revolucionaria en el contenido y en la forma. Es cuestión de inventarla. Pero ya. Pa luego es bien tarde.
Coño, excelente! muy claro!
ResponderEliminarTa bien chamo...ya no voy a hacer mas el programa aburrido que estoy haciendo, me voy a lanzar unas promos, con una secuencia, estilo novela y de lo mas popular, claro.... relacionando el año bicentenario...a ver que sale...te gusta? jajajaj...
ResponderEliminarTA BIEN CHAMO!...YA NO VOY A HACER EL PROGRAMA ABURRIDO Y SIN SENTIDO QUE ESTOY HACIENDO...ME VOY A LANZAR UNAS PROMO (PORQUE NO HAY PRESUPUESTO, OBVIO), CON UNA SECUENCIA, AL MEJOR ESTILO NOVELA Y DE LO MAS POPULAR...CLAAARO...RELACIONANDO EL AÑO BICENTENARIO, QUE DE ESTE NADIE SE HA ACORDADO AUN...TE GUSTA?...VAMO A VER QUE SALE...JAJAJA
ResponderEliminarSI HERMANITO...NOS TIENEN JODIDOS CON ESTA TELEVISION PANGOLA, SIEMPRE 4 SENTADOS EN UNA MESA, A VECES REDONDA O CUADRADA,AHI HABLANDO DE LO MISMO,SERA QUE SE CREEN QUE PURO INTELECTUAL MIRA SUS PROGRAMAS??...O OTRO CASO...DIGAME MARIO SILVA QUE HASTA SE TOMA COMO UN MINUTO DE SILENCIO VIENDO LA COMPU, CLARO ANTES LE DABA INTENSIDAD A LA VAINA PERO AHORA, QUE VA HERMANITO...VOY A VER SI SE ME PASO EL ARROZ... PURA TELEVISION PA ELLOS, SE CREN QUE SON LOS MUY ARRECHOS Y NO ME QUEDA OTRA QUE MIRAR TOMASA TE QUIERO...QUE POR CIERTO TERMINA EL MIERCOLES...Y AHORA QUE VOY A VER?...BUENO SOLO ME QUEDA AMOR EN CUSTODIA...PENDIENTE
ResponderEliminarno joda, vieron el nuevo video de jorge reyes donde le llaman miranda?
ResponderEliminareso chamoooo, entretenimiento, divertido, pero eso si, identificado con uno... pensar mucho??...viendo T.V?...pa qué??...que ladilla!... quiero salir de esta realidad en la que estoy todos los días y por supuesto... no lo voy a hacer ni con un documental del pez perita del río Orinoco ni con la creación del comité de de tierras en petare....y ojo!!...no es el contenido... sino la forma...a eso me refiero...porfavor mas creatividad y entretenimiento, entretenimiento, entretenimiento!!!!jejejej
ResponderEliminarpana, tanto del pez perita como del consejo comunal de petare pueden hacerse sendos programas que den risa, ternura, llanto. lo importante es que conmueva, que entusiasme
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